Romeria, cachondeo, fanatismo, drogas, rebujitos, idolatría... Si, ya salen caravanas de romeros rumbo a las marismas de Almonte donde culminarán su peregrinaje con la ceremonia del "salto de la verja", en la que centenares de seres enloquecidos lucharan entre si por ser quien saque la estatua de de la "virgen" de su lugar habitual para integrarla en esa ceremonia que recuerda cultos bárbaros que se pierden en la noche de los tiempos...
Religión, folklore, fanatismo exacerbado, alcohol, drogas... ¡¡Viva la Blanca Paloma!! Lagrimas en los ojos, cantos marismeños, fervor idólatra, alcohol y mas alcohol... mientras unos seres agonizan destrozados...
El pasado año, 23 caballos murieron reventados, obligados hasta la muerte a seguir tirando de esas carretas repletas hasta la saciedad de personas que entre trago y trago cantaban y cantaban a "su virgen", olvidandose de darles de comer y beber... pero ¡¡que mas les daba, solo eran caballos!! ¡¡Que revienten, que lo único que importa es llegar ante la "Blanca Paloma"!! ¿Que sufren? ¡¡Que se jodan!!
Hay una Ley de Protección a los Animales, pero aunque hubo denuncias ¿quien tiene huevos para sancionar algo que es parte de una celebración católica? ¿quien puede atreverse en éste "Estado Laico" a defender el derecho a la vida y a no ser maltratados de unos nobles animales si son una parte importante de la celebración?
Quizas piensen que en su agonía, despues de días de esfuerzos y sufrimientos sin fin, estarán felices de morir para mayor gloria de la Blanca Paloma...
¡¡Viva la Blanca Paloma!!
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Muy bueno desde tu punto de vista, yo, en cambio tengo uno bien distinto.
ResponderEliminarUn saludo
Mercedes, el Rocío no discuto que sea una fiesta de masas y que se pase muy bien, pero si me parece vergonzoso el que todos los años revienten de cansancio, hambre y sed a una serie de animales que también tienen sus derechos...
ResponderEliminarEl pasado año se comprobó como muchos de los caballos muertos pudieron haberse salvado unicamente dandoles los cuidados mínimos necesarios.
Por otro lado, el fanatismo salvaje que todos hemos visto en los noticiarios del "salto de la reja" convierte a los intervinientes en seres fuera de sí capaces de todo por tocar su ídolo...